Se habla mucho de auto regularse emocionalmente pero nos resulta muy difícil hacerlo. El problema radica en que no sabemos hacerlo. En consulta me encuentro con muchas personas que dicen controlar las emociones, y ese control del que hablan no es otra cosa que represión. Reprimir puede ser tan perjudicial como dar rienda suelta a la emoción. Lo que cambia es la persona afectada por esa emoción. Cuando la vivimos fuera de nosotros afecta también a nuestro entorno de forma directa. Reprimirla, implica que el daño nos lo hacemos directamente a nosotros mismos e indirectamente al resto.
Hoy vamos a poner la atención en la ira. La ira es la emoción del enfado vivida en un grado de intensidad alto. El enfado podemos sentirlo como molestia, fastidio, furia, ira, odio. Es una emoción de las llamadas displacenteras, es decir incómoda y normalmente rechazada. Sin embargo tiene una función que nos permite adaptarnos y responder al entorno. Esta función adaptativa es la destrucción del peligro, es decir, enfrentar aquello por lo que nos sentimos en peligro. Nos permite parecer fuertes, expresar aquello con lo que no estamos desacuerdo y nos da la energía suficiente para pasar a la acción.
Las emociones son un conjunto de reacciones orgánicas, por tanto nos suceden en el cuerpo y es ahí donde necesitamos aprender a gestionarlas.
Vamos a familiarizarnos con las sensaciones que se producen en el cuerpo, así seremos capaces de reconocerla para, en primer lugar, ponerle nombre a la emoción.
Reconociendo la Ira en el cuerpo
Empieza con una punzada por la zona del vientre y va subiendo hasta llegar al pecho. Podemos sentir una opresión en toda esa zona, como si nos estrujasen el corazón y este en un intento de zafarse latiera con tal intensidad que pareciera que fuera a explotar. Pero no acaba la cosa ahí, la sensación sigue subiendo y comienzas a sentir un calor interno por tu cuello, tu cara, por toda tu cabeza. La cara se aprieta, mandíbulas, entrecejo, labios….. Cuando estas aquí ya estas atrapado por la emoción. Pierdes el control y llega la temida explosión. Y digo temida porque es tan temida en el entorno como por uno mismo. En este momento dirás y harás cosas que, sin esa posesión infernal que te domina, no harías. Y date cuenta de una cosa, tu mente te justificará y defenderá como el mejor de los abogados, dandole igual si eres culpable o no, lo importante es defender tu inocencia. “Si me enfado es con razón”
Cuando el abogado gana y te quedas totalmente convencido de tu inocencia, no te apearas del burro convencido de que “tu enfado es justificado” otras veces, tras ese ataque de ira, y de todas esas justificaciones, una vez más calmado y recuperando el control sobre ti mismo, aparece una nueva visita llamada CULPABILIDAD y/o VERGÜENZA que duele tanto o más que el arrebato de ira. Claro está que como duele necesitaras manejar eso así que se activaran algunos mecanismos de defensa:
Culpar al otro y decirle: “mira por tu culpa lo que acabo de hacer, me haces perder los papeles.” Y aquí queridos lectores, aparece la inmadurez emocional, no pudiendo asumir la responsabilidad de nuestros actos.
Autocastigo interno. La vergüenza puede hacer que trates de aislarte, no quieres mostrarte, necesitas recomponerte porque has mostrado una parte de ti que no te gusta que otros vean.
Ahora te invito a hacer un examen de conciencia y date a ti mismo toda la sinceridad que te mereces, apaga el interruptor de tu mente, fuera justificaciones y preguntarte: ¿Estas sensaciones son familiares? ¿Con cuanta frecuencia se dan en mi? Quizá no siempre llegamos a la explosión, hay veces que sentimos que la hemos dominado y nos hemos autoregulado pero no te equivoques, quizás lo que has hecho es simplemente dominarla, reprimirla, contenerla en alguno de esos puntos. Pero tan malo es reprimirla como mostrarla.
Este mensaje va principalmente para aquellas personas que están familiarizadas con estas sensaciones. Su vida está impregnada de momentos de enfado. Pero no identificarte con ello no te debería suponer una razón para dejar de leer, porque seguro que conoces alguna persona que si se ajusta a esta descripción y te puede ayudar a comprender que hay tras ello. Además, nadie esta libre de sentirla y poder identificarla en ti que no es habitual, te ayude a abrir nuevos puntos de vista.
Y aquí hago una invitación a dejar ahora mismo todo impulso de juicio hacia uno mismo si sientes que la ira esta presente en tu vida con mucha frecuencia o hacia las personas que se muestran iracundas. Y no se trata de tolerarlo pero si de no juzgarlos porque al fin y al cabo todos tenemos alguna sensación o emoción que nos domina y con la cual debemos tratar a diario para que nos permita vivir en el día a día sin meternos en demasiados conflictos (externos, pero sobre todo internos) Identifícalo cada vez que las cosas no salen como tu esperas. A cada uno le toca llevar su cruz.
Volvemos a enfocarnos en aquellas personas que se sienten dominadas por la ira, quizás también llamado “pronto” Precisamente este pronto hace que parezca que la persona iracunda se enfada por cualquier cosa y nada más lejos de la realidad. Eso es lo que vemos, lo que parece e incluso la persona puede llegar a creer. Pero hay que excavar más profundo para ver que bajo esos arrebatos siempre hay un aroma a "esto no es como tendría que ser." es decir, las cosas no salen o no son como esperas, (Y aquí cada uno que mire cual es para él su interpretación de “como debería ser”) Y para darle más comprensión a esto voy a contar muy brevemente la enseñanza que nos deja el cuento sufí del elefante:
"Llegó a un poblado de ciegos un elefante, animal que nunca habían conocido anteriormente. 3 de los ciegos se atrevieron a acercarse para tocarlo y describir como era el animal al resto de habitantes. Uno toco la pata y describió al animal como una columna, el segundo ciego tocó la trompa y lo describió como una serpiente mientras que el tercero tocó la cola y lo describió como una cuerda. Cada uno estaba totalmente convencido de lo que decían y se enzarzaron en una discusión sin fin. Cada uno tenia una parte de razón, pero no la verdad absoluta"
¿Tenemos la verdad absoluta? ¿Estamos tan seguros? ¿Interpretamos la realidad en base a nuestras creencias y experiencias?
Si nos permitimos un momento de total sinceridad con nosotros mismos, aunque sea aquí, donde nadie nos ve ni nos juzga, donde cerramos la entrada a las “queridas justificaciones” que nos damos a nosotros mismos, ¿ podemos detectar algo de orgullo, soberbia, prepotencia……? ¿Qué hay tras esa defensa de nuestra verdad?
A veces nos cuesta entender por qué acabamos tan cansados, agotados pero la persona iracunda hace un desgaste enorme queriendo tener la razón. ¿Realmente es tan importante? Yo te invito a que observes que se esconde tras esa necesidad de tener razón, y ¡¡¡cuidado nuevamente con la tentación de justificarte!!!
Hay remedio para todo esto,solamente necesitas entender que tienes que querer hacerlo y que es necesario hacer un trabajo de conocimiento de uno mismo.
Todas estas emociones que nos envenenan, como la ira, tiene su propio antídoto para neutralizarlas, pero este antídoto se encuentra dentro de ti y a veces hay que profundizar para poder obtenerlo. Aprender a ser compasivos con los demás, comprender que detrás de esas personas que “nos hacen cosas” también hay un ser humano con toda su mochila a cuesta igual que tú y que tiene su propia forma de entender la vida aunque este muy alejada de la tuya.
Y no voy a engañaros diciendo que esto es algo , esta transformación lleva su tiempo porque se trata de deshacer procesos mentales para que nos permita ver una nueva realidad. Lo que si es cierto que cada vez conta
mos con más herramientas que nos ayudan en nuestro camino. Así que hoy os propongo la primera y es la ATENCIÓN. Necesitamos de atención para poder observarnos a nosotros mismos sin caer en nuestros patrones automáticos y repetir los mismos procesos una y otra vez. Si queremos transformación el primer paso es la AUTO-OBSERVACIÓN.
Si estas interesado en profundizar y conocer más sobre las emociones, en SumaPositiva Happiness contamos con años de formación y conocimiento en distintas herramientas para que puedas elegir la que más se adapta a tus necesidades y preferencias.
Juncal Ruiz Prado
Terapeuta Transpersonal
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