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¿Fluir o evadir?





En esta era del autodescubrimiento y la espiritualidad pop, el término "fluir" se ha vuelto omnipresente en nuestras conversaciones y reflexiones sobre la vida. Nos invita a abandonar la resistencia y a aceptar lo que la vida nos presenta, a adaptarnos con gracia a los cambios y a encontrar armonía en medio del caos. Sin embargo, ¿estamos realmente fluyendo con la vida, o estamos utilizando este concepto como una forma conveniente de evadir responsabilidades y compromisos?


En la superficie, la idea de fluir parece atractiva y liberadora. Nos ofrece la promesa de una existencia sin esfuerzo, donde todo fluye naturalmente y nos encontramos en perfecta armonía con el universo. Pero, ¿qué pasa cuando esta búsqueda de fluidez se convierte en una excusa para evitar compromisos y responsabilidades?

El fenómeno del "fluir" en la cultura contemporánea es innegable. Está presente en libros de autoayuda, en redes sociales y en conversaciones cotidianas. Se ha convertido en un mantra para aquellos que buscan una vida más sencilla y menos estresante. Sin embargo, detrás de esta aparente búsqueda de fluidez, a menudo se esconde una resistencia inconsciente a comprometerse.


Es fácil decir que valoramos la amistad, el trabajo en equipo o la familia, pero ¿nuestras acciones reflejan verdaderamente esos valores? ¿O recurrimos al "fluir" como una excusa para cancelar planes, evitar responsabilidades y mantenernos en nuestra zona de confort? ¿Es el "fluir" una expresión de autenticidad y aceptación, o simplemente una forma de evadir la incomodidad del compromiso?


En mi experiencia como terapeuta, he observado cómo algunas personas utilizan el término "fluir" como una justificación para sus acciones o la falta de ellas. Por ejemplo, es común escuchar a individuos que postergan proyectos importantes argumentando que están "dejando que las cosas fluyan", pero ¿realmente están fluyendo, o simplemente están evitando enfrentarse a sus propios miedos y dudas? Este uso del término puede convertirse en una forma de escapar de las responsabilidades y de postergar el crecimiento personal. Además, en situaciones sociales, algunos individuos pueden rechazar invitaciones a eventos importantes alegando que prefieren "fluir" con lo que les apetece en ese momento, sin considerar el impacto de sus acciones en los demás y en sus relaciones interpersonales. En lugar de comprometerse y valorar las conexiones humanas, optan por seguir sus impulsos momentáneos, socavando así la importancia del compromiso, la responsabilidad y la amistad en sus vidas.


La verdadera fluidez no significa evitar compromisos o responsabilidades, sino más bien aceptarlos y adaptarse a ellos de manera consciente y constructiva. Implica encontrar un equilibrio entre fluir con la vida y asumir compromisos, entre aceptar lo que es y trabajar activamente para crear lo que queremos. Es un proceso de autodescubrimiento y crecimiento personal que requiere coraje, honestidad y compromiso.

Al reconocer la diferencia entre fluir auténtico y evasión, podemos cultivar una mayor claridad y responsabilidad en nuestras vidas y relaciones. Invito a cada uno de ustedes a reflexionar sobre cómo utilizan el término "fluir" en sus propias vidas y a explorar formas de cultivar un fluir auténtico y consciente, sin caer en la trampa de la evasión de compromisos. Juntos, podemos aprender a vivir con más autenticidad, integridad y plenitud.


Si te encuentras buscando el verdadero significado de fluir con la vida y deseas explorar cómo cultivar una autenticidad consciente en tus acciones y relaciones, te invito a unirte a nuestras terapias o formaciones. Juntos, podemos embarcarnos en un viaje de autoconocimiento y crecimiento personal para descubrir la plenitud que viene al vivir en armonía con nuestros valores más profundos. ¡Es hora de fluir con autenticidad y propósito!


Juncal Ruiz

Terapeuta Transpersonal

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